Humectar la piel. El uso de cremas hidratantes sella la piel, evitando que el agua se evapore con mayor rapidez.
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Humectar la piel. El uso de cremas hidratantes sella la piel, evitando que el agua se evapore con mayor rapidez.
Omega 3: Los ácidos grasos Omega-3 cumplen numerosas funciones en tu organismo. Entre otras, son antiinflamatorios y favorecen una correcta circulación de la sangre, ergo te ayudan a regular la regla.
Tomar abundantes líquidos de manera continua; sin considerar como líquidos las bebidas industriales (jugos, refrescos, etc.)
Preste atención a los síntomas: La contaminación por el virus puede traducirse en fiebre, dolores de cabeza, músculos y estómago, debilidad, diarrea, vómitos, falta de apetito y sangrado.
No fumes: Fumar reduce el flujo sanguíneo y puede evitar que llegue suficiente sangre a los riñones. Si estos órganos no reciben suficiente sangre, no pueden funcionar correctamente. Fumar también aumenta las posibilidades de desarrollar cáncer de riñón.
Limpia tus párpados: Seguir una buena higiene palpebral es importante para eliminar el exceso de bacterias de los bordes de los párpados. Para ello, no olvides lavar regularmente la raíz de las pestañas con solución jabonosa y/o usar toallitas específicas, además de aplicar compresas calientes y masajear la zona, especialmente si eres propenso a tener orzuelos.
Un diagnóstico precoz es fundamental, tanto para el paciente como para la familia y/o cuidador. El médico podrá explicar los tratamientos existentes y prescribir el más indicado para el paciente.
Huir de la inmovilización, salvo casos concretos.
Controla tu dieta: La alimentación tiene un papel fundamental en el tratamiento de las piedras en el riñón. Se recomienda limitar la cantidad de carnes y pescados. Las dietas que contienen muchas proteínas incrementan el riesgo de padecer piedras, porque facilitan su crecimiento.
Adopta una dieta sana: Una alimentación equilibrada es clave para tu salud ocular. Por eso, empieza a incluir alimentos ricos en nutrientes. Por ejemplo, el zinc, las vitaminas C y E, y los ácidos grasos omega-3 ayudan a prevenir la conjuntivitis. Por ese motivo, se recomiendan el pescado, las frutas cítricas, los huevos y las nueces.