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Examen anual para mujeres

Examenes anuales para mujeres

Ya sea por falta de tiempo, temor o desinterés, un número importante de mujeres no le presta demasiada atención a su salud hasta que aparece algún síntoma sospechoso. No se puede llegar a eso, sobre todo ahora que con los avances médicos se pueden detectar varias patologías a tiempo con un chequeo periódico.

Para evitar un alto costo emocional y económico hay que incorporar siempre en el calendario un control ginecológico anual. En este, el doctor mide ciertas variables, como la presión; evalúa el consumo de medicamentos, como anticonceptivos y hormonas, y la aparición de otras enfermedades. Pero también, se debe contemplar la realización de una mamografía y un Papanicolau.

Alrededor de los 21 años, será necesario que comiences a hacerte exámenes pélvicos y pruebas de Papanicolaou de forma regular. Entre los 25 y 39 años, necesitarás exámenes de los senos cada 1 a 3 años. Y a medida que envejezcas, o a medida que tu salud cambie, tu control ginecológico incluirá otras pruebas, y se te indicará que te hagas mamografías. Después de cumplir los 40, necesitarás una mamografía cada 1 a 2 años.

Lo que sí se mantiene igual es el hecho de establecer una relación buena y honesta con tu médico o enfermero, independientemente de tu edad. Durante el control ginecológico, puedes hablar sobre relaciones sexuales saludables y otros aspectos de tu salud emocional. Cuanto más honesta sea la conversación con el médico, mejor será el cuidado que recibas.

Características de los exámenes ginecológicos

Es importante recordar que el examen pélvico o ginecológico es el examen de los genitales externos e internos que hace el profesional de la salud usando sus manos enguantadas y que muchas mujeres consideran muy incómodo. En ocasiones, el examen rectal se hace para complementar el examen de la pelvis.

El examen pélvico no debe confundirse con el examen del Papanicolaou o citología, que es el que se hace extrayendo moco del cuello del útero mientras se observa directamente ese órgano a través de la vagina y que sirve para descubrir un cáncer.

Estas nuevas recomendaciones han desatado una enorme controversia, pues de ser aceptadas por el gobierno federal, harán que el examen pélvico sea un examen opcional y por tanto no sea remunerado por las compañías de seguros. El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por sus siglas en inglés) ha reconocido que va a examinar las recomendaciones de los expertos para pronunciarse próximamente.

  1. Examen de mamas

Este tipo de pruebas son fundamentales para detectar cualquier anomalía que se produzca en los pechos de la mujer. Existen dos tipos: el examen clínico, que realiza tú médico, y la autoexploración, que se lleva a cabo en casa.

 

Lo ideal es realizar la primera exploración con ayuda del médico y que este nos indique cómo se realiza el examen de forma correcta

Aunque el cáncer de mama es muy poco frecuente en mujeres con edad inferior a los 30-35 años, los ginecólogos realizan de forma rutinaria esta prueba en sus revisiones anuales a todas sus pacientes, palpando las mamas y las axilas en busca de alteraciones en las mismas. Los médicos recomiendan, además, que a partir de la menopausia todas las mujeres busquen protuberancias en sus propios pechos, más o menos tres o cinco días después del comienzo del periodo, cuando las mamas no están tan sensibles, y mantengan esta costumbre todos los meses.

Hay que tener en cuenta que la glándula mamaria tiene una consistencia nodular, por lo que en las primeras exploraciones podemos tener la sensación de que detectamos bultitos que no son tales. Lo ideal es realizar la primera exploración con ayuda del médico y que este nos indique cómo se realiza el examen de forma correcta.

  1. Mamografía

Como explica la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), la mamografía “es la prueba más eficaz para diagnosticar precozmente el cáncer de mama, ya que es capaz de detectar las lesiones mucho tiempo antes de que puedan ser descubiertas por una misma o por el médico”.

La prueba es, básicamente, una radiografía de la mama realizada con un aparato especial de rayos X que se ajusta al tamaño de esta. No se trata de una prueba agradable, pero sigue siendo la mejor forma de descartar la presencia de tumores.

La mamografía sigue siendo la única forma de hacer un cribado masivo de este cáncer tan habitual, pero poco a poco se están cambiando algunos protocolos

  1. Test genético de cáncer de mama

Las pacientes portadoras de una mutación en los genes BRCA tienen un riesgo un 65% mayor de padecer cáncer de mama a lo largo de la vida. Este test genético descarta o confirma su presencia, que es hereditaria por vía materna y, aunque no es recomendable para la población general (el riesgo de una mutación espontánea es menor del 0,3%), sí es muy recomendable para todas aquellas mujeres con antecedentes familiares de la enfermedad.

  1. Examen pélvico

Esta prueba que practican de forma rutinaria los ginecólogos a partir de los 13 o 15 años se compone de tres partes: el examen de la parte exterior de los genitales, o vulva; el análisis del interior con un espéculo (un aparato que ayuda a abrir las paredes de la vagina y observar correctamente el cérvix); y un examen manual para palpar los órganos internos (el útero, los ovarios y las trompas de falopio). En ocasiones, el médico puede acompañar la prueba de un examen rectovaginal (introduciendo un dedo por el ano durante la prueba).

  1. Citología vaginal

Este examen, también conocido como Prueba de Papanicolau, es la técnica más utilizada para detectar de forma precoz el cáncer de cuello uterino y las lesiones precancerosas. Está considerada una prueba de cribado fundamental para reducir la incidencia y mortalidad de este tipo de cáncer, cuyo impacto ha disminuido enormemente desde su popularización.

  1. Examen para la detección del cáncer colorrectal

El cáncer de colon es el tercero más común, pero el segundo en mortalidad. Es por ello que resulta de vital importancia detectarlo de forma precoz. Aunque la colonoscopia –esto es, la introducción de una pequeña cámara en el ano, para explorar el intestino en busca de pólipos u otros indicativos de que algo no está como debiera– es fundamental para realizar un diagnóstico definitivo, existe una prueba menos agresiva que cada vez se está aplicando más como primera barrera de cribado: el test de sangre oculta en heces

  1. Densitometría osea

Esta prueba sirve para determinar la densidad mineral, o masa osea, de los huesos. Se realiza con un aparato especial de rayos x que permite conocer el estado de los mismos y así determinar el riesgo de fracturas y la posibilidad de padecer osteoporosis, una enfermedad caracterizada por una pérdida progresiva de calcio y un descenso de la masa ósea.

2 comments

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