La esclerodermia es una enfermedad crónica, autoinmune, que se enmarca dentro de las enfermedades reumáticas. Sin embargo, afecta comúnmente a la piel, que llega a endurecerse (literalmente, esclerodermia significa “piel dura”), y también pueden verse afectados los órganos internos, como el corazón, los pulmones, los riñones, el estómago o los vasos sanguíneos.