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Leucemia

Las leucemias son un grupo de enfermedades malignas (cancerosas) de la sangre, caracterizadas por una producción exagerada e incontrolada de glóbulos blancos anormales en el interior de la médula ósea. Esta proliferación de glóbulos blancos impide la fabricación normal de otras células que también proceden de la médula ósea, como los glóbulos rojos y las plaquetas. Como consecuencia de todo ello se produce un aumento del número de glóbulos blancos en la sangre, generalmente inmaduros y con una función alterada, y un descenso del resto de células producidas en la médula ósea, es decir, de glóbulos rojos y de plaquetas. Los glóbulos blancos inmaduros pueden infiltrar diversos órganos alterando su función. Las leucemias pueden aparecer tanto en niños como en adultos.

Causas de la leucemia

Los médicos no saben exactamente cuál es la causa de la leucemia. Pero la mayoría de los casos ocurren cuando tiene lugar un cambio (mutación) en un gen que ocurre de forma espontánea. Esto significa que no se trata de una mutación genética trasmitida por los padres.

Los niños son más proclives a desarrollar una leucemia si:

Tienen un gemelo que ha tenido leucemia siendo muy joven

Tienen un mellizo u otro hermano con leucemia

Se han sometido a radioterapia o a quimioterapia para tratar otros tipos de cánceres

Han tomado medicamentos que debilitan el sistema inmunitario después de someterse a un trasplante de órganos

Tienen un problema de salud de base genética, como los siguientes:

Síndrome de li-fraumeni

Síndrome de down

Síndrome de klinefelter

Neurofibromatosis

Ataxia telangiectasia

Anemia de fanconi

¿Cuáles son los síntomas de la leucemia?

Los síntomas de la leucemia incluyen:

Sudoración excesiva, especialmente por la noche (llamada “sudores nocturnos”)

Fatiga y debilidad que no desaparecen al descansar

Pérdida involuntaria de peso

Dolor de huesos y sensibilidad

Ganglios linfáticos inflamados e indoloros (especialmente en el cuello y las axilas)

Agrandamiento del hígado o el bazo

Manchas rojas en la piel, llamadas petequias

Sangrado y aparición de hematomas con facilidad

Fiebre o escalofríos

Infecciones recurrentes

La leucemia también puede causar síntomas en órganos que han sido infiltrados o afectados por células cancerosas. Por ejemplo, si el cáncer se propaga al sistema nervioso central, puede causar dolor de cabeza, náusea y vómitos, confusión, pérdida del control muscular y convulsiones.

¿Cómo se clasifica la leucemia?

Los médicos clasifican la leucemia en función de la velocidad de evolución y de los tipos de células involucrados.

El primer tipo de clasificación se centra en la velocidad de evolución de la leucemia:

Leucemia aguda. En la leucemia aguda, las células sanguíneas anormales son células sanguíneas inmaduras (blastos). No pueden cumplir sus funciones normales y se multiplican rápido; por lo tanto, la enfermedad empeora con rapidez. La leucemia aguda exige un tratamiento oportuno y agresivo.

Leucemia crónica. Existen muchos tipos de leucemias crónicas. Algunas producen demasiadas células y otras, muy pocas. La leucemia crónica comprende células sanguíneas más maduras. Esas células sanguíneas se replican y acumulan muy lentamente, y pueden funcionar con normalidad durante un tiempo. Algunas formas de leucemia crónica, al principio, no producen síntomas tempranos, por lo que pueden pasar desapercibidas o no diagnosticarse durante años.

El segundo tipo de clasificación tiene en cuenta el tipo de glóbulo blanco afectado:

Leucemia linfocítica. Este tipo de leucemia afecta las células linfoides (linfocitos) que forman el tejido linfoide o linfático. El tejido linfático forma el sistema inmunitario.

Leucemia mielógena. Este tipo de leucemia afecta las células mieloides. Estas originan los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las células que producen plaquetas.

 

Tratamientos

El tratamiento se establece en función de las características de cada paciente y, sobre todo, del tipo de leucemia que padezca.

Leucemia linfocítica o linfoblástica aguda

El tratamiento de la leucemia linfoblástica aguda suele basarse en la quimioterapia y se realiza en tres fases: de inducción de la remisión, de consolidación o intensificación y de mantenimiento.

En los pacientes considerados de alto riesgo (con un elevado riesgo de recaída de la enfermedad, o tras una recaída,) está indicada la realización de un trasplante de progenitores hematopoyéticos (médula ósea, sangre periférica o sangre de cordón umbilical) a partir de un donante compatible.

Leucemia mieloide o linfoblástica aguda

Para la leucemia mieloide aguda existen 2 fases de tratamiento: de inducción a la remisión y de post-remisión o consolidación. La fase de mantenimiento con dosis bajas de quimioterapia, tan eficaz en la leucemia linfoblástica aguda, es totalmente ineficaz en la mieloide aguda.

Existen tres opciones de tratamiento de consolidación:

  1. Quimioterapia de consolidación.
  2. Quimioterapia de consolidación seguida de trasplante de médula ósea autólogo (del propio paciente).
  3. Quimioterapia de consolidación seguida de trasplante de médula ósea alogénico (de donante compatible).

Leucemia linfocítica crónica

Los pacientes con una leucemia linfocítica crónica en fase inicial no suelen requerir tratamiento durante años y pueden llevar una vida normal, excepto por los controles periódicos a los que deben someterse para controlar si la enfermedad progresa o se mantiene estable.

Cuando se comprueba que la enfermedad ha progresado, los pacientes Estos pacientes deben recibir tratamiento con alguno de los múltiples esquemas quimioterápicos empleados en la actualidad basados en su mayoría en un agente de gran efectividad denominado fludarabina que se asocia a otros agentes quimioterápicos (ciclofosfamida, mitoxantrona, clorambucilo, bendamustina…) o a un anticuerpo monoclonal, como rituximab.

Leucemia mieloide crónica

El tratamiento actual de la LMC se realiza mediante la administración de fármacos denominados inhibidores de la tirosin cinasa (ITC) que, en principio, deben tomarse de forma indefinida. Todos los eññps son fármacos orales.

Imatinib fue el primer fármaco aprobado para esta patología, demostrando una gran eficacia con un excelente perfil de seguridad. Nilotinib, dasatinib y bosutinib son los denominados ITC de segunda generación y ponatinib  se considera de tercera generación.

 

¿Cuál es el pronóstico de la leucemia?

Hasta hace no muchos años, la mortalidad de las leucemias agudas era muy alta en poco tiempo. Sin embargo, en el momento actual podemos llegar a hablar de curación en algunos tipos concretos de leucemia aguda. En otros muchos casos, se ha conseguido aumentar notablemente la supervivencia.

En la leucemia linfática crónica, el pronóstico depende del estadio de la enfermedad. Existen casos con igual supervivencia que la de una persona de su misma edad sin leucemia linfática crónica.

Sin embargo, en otros estadios más avanzados, dependiendo de los factores pronósticos, la supervivencia puede ser considerablemente inferior.

La supervivencia también dependerá de las complicaciones que puedan surgir en el curso de esta leucemia.

 

 

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