Cargando... Por favor espere

 

Cirrosis

noviembre 1, 2021by Busta Soft0

Cirrosis

Es la cicatrización y el funcionamiento deficiente del hígado. Es la última fase de la enfermedad hepática crónica.

¿Cuáles son las causas de la cirrosis?

Las causas que pueden provocar cirrosis son múltiples. La más común es el consumo excesivo de bebidas alcohólicas. Sin embargo existen otras situaciones que la producen como serían: infecciones virales de hepatitis de tipo B y C, enfermedades autoinmunes (como la cirrosis biliar primaria o la hepatitis autoinmune), reacciones a sustancias y medicamentos tóxicos, alteraciones congénitas en los niños, como la falta de desarrollo de las vías biliares; carencia de enzimas, como la deficiencia de alfa-1- antitripsina; infecciones parasitarias, como la esquistosomiasis y la insuficiencia cardiaca crónica.

Síntomas

Algunos síntomas que se pueden presentar son

Ascitis: La ascitis es la retención de cantidades anormales de líquido en el cuerpo dentro de la cavidad abdominal (la barriga). Cuando la ascitis es leve, se puede detectar sólo mediante ultrasonido o una tomografía computarizada. A medida que aumenta la cantidad de ascitis, los pacientes desarrollan un tamaño y plenitud abdominales cada vez mayores, inapetencia y malestar abdominal. Cuando hay grandes cantidades de ascitis presentes, el líquido restringe la expansión normal del tórax durante la respiración y puede llevar a falta de aliento. Además, el líquido ascítico puede infectarse, un trastorno conocido como peritonitis bacteriana espontánea. Entre los síntomas de la peritonitis bacteriana espontánea tenemos fiebre y dolor abdominal, pero a menudo los síntomas pueden ser leves o estar ausentes. La peritonitis bacteriana espontánea es un trastorno grave que con frecuencia exige hospitalización y tratamiento con antibióticos, que generalmente se administran por vía intravenosa.

Sangrado del tubo digestivo: Los pacientes con cirrosis pueden desarrollar venas anormalmente dilatadas (similares a las venas varicosas de las piernas) llamadas várices dentro del aparato digestivo. El lugar más común para que se presenten es la parte inferior del esófago. Su médico puede recomendar una endoscopia superior (también conocida como EGD) para ver si hay várices presentes. Dado que las paredes de las venas anormalmente dilatadas son delgadas, las várices pueden sufrir una ruptura y sangrar hacia el tracto digestivo. Las várices por lo general no causan síntomas, a menos que se desgarren y sangren. Las várices sangrantes se pueden identificar por el vómito de sangre o material similar a los posos del café, o la evacuación de heces marrón o negro similares a la brea. El sangrado de las várices esofágicas es una emergencia médica y requiere de tratamiento de emergencia en su hospital más cercano.

La ictericia es una decoloración amarilla de la piel y la esclerótica de los ojos. El oscurecimiento de la orina (de color similar al té helado o un refresco de cola) o las heces pálidas (color masilla) a menudo se producen antes de que se presente la decoloración amarilla de la piel y la esclerótica de los ojos.

Encefalopatía hepática: En la cirrosis, la función de filtración normal del hígado se deteriora y la sangre que vuelve de los intestinos no es debidamente desintoxicada de los productos de desecho de la digestión. Cuando estos productos de desecho entran en la circulación, se llevan al cerebro y se presenta una encefalopatía hepática. Entre los síntomas de la encefalopatía hepática tenemos desaceleración mental, confusión, somnolencia excesiva y dificultades en el habla. En casos graves, los pacientes pueden entrar en coma. Su médico puede examinarlo buscando un cierto tipo de temblor que puede ser un indicio de la presencia de encefalopatía. Su médico también puede revisar su sangre para medir el nivel de amoníaco, una de las toxinas que se encuentran en mayor cantidad en la circulación de los pacientes que sufren encefalopatía.

Diagnóstico

En primer lugar, el médico realiza una anamnesis para buscar signos de cirrosis. La decisión de llevar a cabo este examen suele basarse en determinar que el paciente se encuentra en riesgo de sufrir una cirrosis, por ejemplo, si presenta un problema de alcoholismo u obesidad.

Para estudiar el hígado se realizan otras pruebas como una ecografía, una elastografía por resonancia magnética, una tomografía computarizada o una resonancia magnética.

Por último, para confirmar el diagnóstico, se hace una biopsia para obtener una muestra de tejido hepático, al que se le realiza un examen microscópico. Si se distinguen bandas diseminadas de tejido fibroso que dividen al hígado en nódulos, significa que el paciente tiene cirrosis.

Si el paciente tiene una cirrosis avanzada, se puede determinar su probabilidad de supervivencia a 90 días mediante el puntaje MELD (modelo para la puntuación de la enfermedad hepática en etapa terminal). Esta escala se basa en el resultado de tres pruebas de sangre (índice internacional normalizado, bilirrubina y creatinina) del que se extrae una puntuación del 6 al 40. Una puntuación cercana al 6 indica que el paciente tiene una alta probabilidad de sobrevivir pasado este tiempo, mientras que las puntuaciones más cercanas a 40 indican que corre mucho más riesgo de no superar la enfermedad.

¿Cuál es el tratamiento para la cirrosis?

El tratamiento está diseñado para limitar el daño al hígado y tratar de evitar complicaciones. Debido a que las causas que la producen son múltiples, el tratamiento debe de ser individualizada para cada persona. La dieta representa un papel fundamental en el tratamiento.

Diuréticos.

Multivitamínicos.

Interferón.

Antivirales.

Esteroides.

Inmunosupresores.

Colestiramina.

Ácido ursodeoxicólico.

El tratamiento de la cirrosis varía en función de la causa de la enfermedad, así como si hay complicaciones. El objetivo del tratamiento del tratamiento es ralentizar el avance del tejido cicatrizal en el hígado. En el caso de que se den complicaciones, es posible que sea necesario la hospitalización. Los principales tratamientos son:

Consumir una dieta nutritiva

Evitar alcohol y otras sustancias que pueden afectar la función hepática

Para el edema y la ascitis se recomiendan diuréticos

Para la hipertensión portal se pueden recetar betabloqueantes que disminuyan la presión arterial

La encefalopatía hepática se trata limpiando el intestino con luctulosa

Aquellos que presenten cirrosis con insuficiencia hepatorrenal deben someterse a hemodiálisis

Trasplante de hígado: en casos avanzados de cirrosis en los que el hígado deja de funcionar, la opción del trasplante hepático puede ser la única opción de tratamiento. Con el trasplante se reemplaza el hígado enfermo por uno sano de un donante fallecido o una parte del hígado de un donante vivo

 

Para más información, comuníquese con nosotros

Teléfono: +1 (832) 991-8321

Correo-e: medico@clinicahispanawoodforest.com

Sitio web: www.clinicahispanawoodforest.com

Horario: lun – sáb 9AM-9PM    dom 9AM-5PM

Dirección: 13415 Woodforest Blvd, Houston, TX 77015

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Traducir