¿Qué es la tuberculosis?
Es una enfermedad causada por una bacteria conocida como bacilo de Koch. Es curable y prevenible. Afecta principalmente a los pulmones, pero puede afectar otras partes del cuerpo. Si no se trata oportunamente, puede causar daño permanente en los pulmones.
Síntomas
La fase primaria de la TB no causa síntomas. Cuando los síntomas de la TB pulmonar se presentan, pueden incluir:
Dificultad respiratoria
Dolor en el pecho
Tos (algunas veces con expectoración de moco)
Expectoración con sangre
Sudoración excesiva, especialmente en la noche
Fatiga
Fiebre
Pérdida de peso
Sibilancias
Causas
La bacteria Mycobacterium tuberculosis es la responsable de la TB. Se expande a través del aire cuando una persona con TB (con los pulmones afectados) tose, estornuda, escupe, se ríe o habla.
La TB es contagiosa, pero no es fácil contraerla. Las oportunidades de contraer TB de alguien con quien vive o trabaja son mucho más altas que de un extraño. La mayoría de las personas con TB activa que han recibido un tratamiento adecuado durante al menos 2 semanas, dejan de ser contagiosos.
Desde que empezaron a usarse antibióticos para combatir la TB, algunas cadenas se han vuelto resistentes a los medicamentos. La TB multirresistente se alcanza cuando falla un antibiótico y no mata a todas las bacterias La bacteria sobreviviente puede desarrollar una resistencia a ese fármaco y a otros.
La TB multirresistente es tratable y curable solo con el uso de medicamentos muy específicos contra la enfermedad, los cuales son limitados y no es fácil conseguirlos. En 2012, alrededor de unas 450.000 personas desarrollaron este tipo de enfermedad.
¿Cómo se diagnostica la tuberculosis?
Las infecciones con tuberculosis latente no causan síntomas y las radiografías de tórax no muestran ninguna señal de infección. Los médicos pueden diagnosticar tanto las infecciones latentes como la enfermedad de tuberculosis haciendo lo siguiente:
Una prueba cutánea de tuberculina. Esta es la forma en la que los médicos suelen comprobar si un niño tiene tuberculosis. Esta prueba se hace en dos pasos. Primero, el profesional del cuidado de la salud inyecta una pequeña cantidad de líquido (llamado “tuberculina”) en la piel de la parte más baja del brazo. Después de 48 a 72 horas, la persona regresa y el profesional revisa la piel en busca de una reacción. Si hay una zona elevada, dura o inflamada, la persona tiene la bacteria de tuberculosis en el cuerpo.
Análisis de sangre. El profesional del cuidado de la salud toma una muestra de sangre para analizarla en un laboratorio en busca de la bacteria de la tuberculosis. Esta opción no necesita de un segundo paso.
¿Cuál es el tratamiento contra la tuberculosis?
Las personas con infección por TBC latente deben ser evaluadas para ser recibir un tratamiento preventivo, que generalmente incluye la administración de medicamentos contra la tuberculosis durante varios meses. Las personas con TBC activa deben completar un tratamiento de seis meses o más. El tratamiento inicial incluye al menos cuatro medicamentos contra la tuberculosis, los que pueden cambiar según los resultados de las pruebas de laboratorio. El plan exacto de medicación debe ser determinado por un médico. Los Programas de Vigilancia Directa de Tratamiento (DOT, por sus siglas en inglés) son recomendables para todos los pacientes con TB para ayudarles a completar el tratamiento.
Prevención
La prevención pasa por la detección precoz de la enfermedad, de manera que se pueda evitar la transmisión al resto de la gente. La OMS recomienda la vacunación con BCG a todos los recién nacidos con alta incidencia de tuberculosis, incluyéndola en el calendario infantil de forma sistemática. Debe administrarse sólo una vez, ya que no está probada la eficacia de la revacunación. Así mismo, no está recomendada a personas adultas que vayan a trasladarse a zonas de alto riesgo, pues tampoco se ha demostrado su eficacia en este campo. No obstante, la OMS recomienda su administración en niños y jóvenes que vayan a pasar largas temporadas en zonas de incidencia. La BCG está contraindicada en personas con sida, independientemente de la edad que tengan.
En cuanto a la alimentación, si viaja a una zona afectada por la enfermedad absténgase de tomar leche o cualquier producto lácteo que no haya sido pasteurizado. En caso de contacto prolongado con una persona infectada que no está en tratamiento acuda lo antes posible a un médico y sométase a la prueba de la tuberculina. El especialista valorará si debe administrarle el tratamiento o la quimioprofilaxis específica frente a la enfermedad.
Complicaciones
Sin tratamiento, la tuberculosis puede ser fatal. Esta enfermedad activa y sin tratamiento suele afectar los pulmones, pero se puede extender a otras partes del cuerpo mediante el torrente sanguíneo. Entre las complicaciones de la tuberculosis se incluyen:
Dolor en la columna vertebral. Dolor y rigidez en la espalda son algunas de las complicaciones frecuentes de la tuberculosis.
Daños en las articulaciones. La artritis tuberculosa suele afectar las caderas y rodillas.
Hinchazón de las membranas que recubren el cerebro (meningitis). Esto puede provocar un dolor de cabeza constante o intermitente durante semanas. También se pueden producir cambios mentales.
Problemas renales o hepáticos. El hígado y los riñones ayudan a filtrar los desechos e impurezas del torrente sanguíneo. Estas funciones se ven alteradas si la tuberculosis afecta el hígado o los riñones.
Trastornos cardíacos. En raras ocasiones, la tuberculosis puede infectar los tejidos que rodean el corazón, lo que provoca inflamación y edemas que pueden interferir con la capacidad del corazón de bombear correctamente. Esta afección se denomina taponamiento cardíaco y puede ser fatal.
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