¿Qué es un cólico de riñón o cólico nefrítico?
El cólico de riñón es una obstrucción de la vía urinaria, mayoritariamente causada por piedras (cálculos), que causa dolor en un costado de la mitad inferior de la espalda, la cintura, el costado o a un lateral de la barriga.
¿Cuáles son las causas de un cólico nefrítico?
La causa principal del cólico nefrítico es la presencia de cálculos o piedras en el interior del riñón o en los uréteres. Dichos cálculos suelen producir una obstrucción parcial o completa de la salida de la orina de dicho riñón, lo cual produce una dilatación (hidronefrosis) de las cavidades renales: pelvis y cálices, que a su vez desencadena el cuadro de dolor típico del cólico nefrítico.
Existen diferentes grados de dilatación, en función de la obstrucción:
Grado I: Pelvis renal ligeramente dilatada sin dilatación de los cálices
Grado II: Pelvis renal moderadamente dilatada con dilatación leve de los cálices
Grado III: Pelvis renal agrandada, cálices dilatados y parénquima normal
Grado IV: Pelvis renal agrandada, cálices dilatados y adelgazamiento del parénquima renal.
En otras ocasiones, el cólico nefrítico es secundario no a una litiasis, sino a una estenosis (estrechez) en la pelvis renal o el uréter, que puede ser congénita o adquirida. En casos menos habituales una compresión extrínseca del uréter (por la presencia de una masa abdominal cercana) podría ser causa del dolor del cólico nefrítico.
¿Qué síntomas produce el cólico nefrítico?
El cólico nefrítico presenta unos síntomas muy característicos:
Produce un dolor súbito e intenso, que suele iniciarse en el lado derecho o izquierdo de la zona lumbar (en los riñones) y que puede extenderse por el abdomen hacia los genitales.
El dolor puede acompañarse de escozor al orinar (disuria), náuseas, vómitos, sudoración, malestar general e inquietud, lo que lleva al paciente a moverse de un lugar a otro intentando encontrar una postura que le calme.
Puede asociarse con emisión de sangre (hematuria) y en ocasiones, con emisión de arenilla con la orina.
Diagnóstico
Para confirmar la enfermedad, el especialista debe estudiar si el paciente padece fiebre, ya que este síntoma puede llevar a otros cuadros clínicos que requieran abordajes diferentes.
Para el diagnóstico clínico, el especialista estudia la presencia, en primer lugar, de las siguientes afecciones:
Dolor abdominal de inicio agudo y que se ha padecido las 12 horas previas.
Dolor cólico lumbar agudo que se irradia a las ingles o a los genitales.
El paciente no siente una mejora ni con reposo ni con cambios de postura.
Náuseas y vómitos frecuentes. En este caso representan dos de los síntomas más usuales.
Después de esta evaluación, el especialista realizará una exploración física que consistirá en:
Una exploración abdominal: en la que se localizará la zona con mayor hipersensibilidad lumbar.
Un examen de las constantes vitales para determinar que no se ha producido shock en el paciente o muestras de infección sistémica.
Además, se pueden realizar otras pruebas como hemogramas, radiografías del abdomen o ecografías abdominales para detectar la localización de los cálculos.
Por último, el especialista podrá realizar otras pruebas complementarias que incluyen el uso de la tira reactiva, que estudia la presencia de hematuria (presencia de sangre en la orina) lo que evidencia el diagnóstico de cólico nefrítico, o exploraciones complementarias de imágenes, siempre que se realice siete días después del episodio agudo.
Tratamiento del Cólico Nefrítico
La medida terapéutica más urgente en la fase aguda es la analgesia. Los fármacos de elección son los antiinflamatorios no esteroideos (AINES) como el diclofenaco sódico, dexketoprofeno trometamol, ibuprofeno, ketorolaco, metamizol o paracetamol.
Otros fármacos son los opiáceos, espasmolíticos, antieméticos (metoclopramida ayuda en el control de las náuseas y vómitos) o ansiolíticos (benzodiazepinas para el control de la agitación y taquicardia ocasionada por el dolor).
Es importante saber que durante el cuadro agudo está restringida la ingesta de líquidos.
Tras un control adecuado de los síntomas en urgencias, posteriormente se debe continuar un tratamiento domiciliario.
Una medida física, efectiva y fácil para aliviar el dolor es la aplicación de calor local como tratamiento complementario al farmacológico.
Generalmente, una vez superada la fase aguda del cólico, se suele recomendar una ingesta forzada de líquidos para acelerar la expulsión del cálculo renal. Aun así, se necesitan más estudios para determinar la efectividad de esta medida. Hay fármacos que se usan como tratamiento médico expulsivo para favorecer la expulsión del cálculo como los alfabloqueantes, calcioantagonistas y corticoides.
En la mayoría de los casos, la fase aguda se resuelve favorablemente y, luego, junto con el tratamiento de mantenimiento y las medidas de soporte domiciliarias, se indica el estudio urológico ambulatorio.
No obstante, hay situaciones especiales en que la obstrucción de la vía urinaria por el cálculo provoca infección, sepsis, anuria (ausencia de orina por obstrucción bilateral o unilateral en pacientes con un sólo riñón) y obliga a realizar medidas invasivas y urgentes como el cateterismo ureteral (colocación de catéter a nivel del uréter desde la vejiga hasta el riñón para drenar la orina) o la colocación de nefrostomía percutánea (catéter colocado por punción percutánea lumbar hasta el riñón) para drenar la vía urinaria obstruida, junto con tratamiento antibiótico. Una obstrucción completa sin drenaje, a partir de las 4-6 semanas puede afectar la función del riñón.
Prevención
La medida preventiva más importante y que sirve para todos los tipos de piedras es aumentar la cantidad de líquido que se tiene que beber. Beba más de 2,5l de líquido al día (unos 12 vasos), preferiblemente agua o zumos de fruta. Recuerde beber más líquidos en situaciones que aumenten las pérdidas: calor, ejercicio, enfermedades, trabajo.
Respecto a la dieta se recomienda, en general, moderar el consumo de sal, carne, cacao, café, bebidas que tengan cafeína, refrescos de cola y el té. Hay que evitar también las bebidas alcohólicas (sobre todo la cerveza), evitar dietas que sobrepasen las 2000 calorías al día, no abusar de laxantes y realizar ejercicio moderado.
Las dietas específicas para prevenir la repetición de los cólicos tienen una eficacia muy pobre como para recomendarlas para toda la vida, por lo que deben ser pautadas individualmente, dependiendo de cada caso. En los casos en los que los cólicos se repiten muy a menudo, como medida complementaria se recomiendan los siguientes consejos respecto a las dietas, teniendo en cuenta la composición de las piedras.
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