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Accidente cerebrovascular

mayo 15, 2025by Busta Soft0

Accidente cerebrovascular

Un accidente cerebrovascular (ACV), también conocido como ictus o ataque cerebral, ocurre cuando el flujo sanguíneo al cerebro se interrumpe o se reduce significativamente. Esta interrupción priva al cerebro de oxígeno y nutrientes esenciales, lo que puede provocar daño celular y, en última instancia, la muerte de las células cerebrales. El ACV es una emergencia médica que requiere atención inmediata para minimizar el daño cerebral y prevenir complicaciones a largo plazo. La rapidez con la que se recibe el tratamiento es crucial para el pronóstico del paciente.

Síntomas

Los síntomas de un ACV aparecen repentinamente y varían dependiendo del área del cerebro afectada. Es fundamental reconocer estos síntomas rápidamente para buscar atención médica inmediata. Algunos de los síntomas más comunes incluyen:

Debilidad o entumecimiento repentino en la cara, brazo o pierna, generalmente en un lado del cuerpo.

Dificultad para hablar o entender el habla (afasia).

Problemas repentinos con la visión en uno o ambos ojos.

Mareos, pérdida del equilibrio o coordinación.

Dolor de cabeza intenso y repentino, sin causa conocida.

Confusión o alteración del estado mental.

Causas

La principal causa de un ACV es la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro. Esta interrupción puede ser causada por diferentes mecanismos:

Obstrucción de una arteria: Un coágulo de sangre puede bloquear una arteria que irriga el cerebro, impidiendo que la sangre llegue a las células cerebrales (ACV isquémico).

Ruptura de un vaso sanguíneo: Un vaso sanguíneo en el cerebro puede romperse y sangrar, lo que provoca una hemorragia dentro del cerebro (ACV hemorrágico).

Ataque isquémico transitorio (AIT):Un AIT es un “mini ACV” causado por un bloqueo temporal del flujo sanguíneo al cerebro. Los síntomas son similares a los de un ACV, pero desaparecen en unos pocos minutos o horas. Aunque los síntomas son transitorios, un AIT es una señal de advertencia de un posible ACV futuro y requiere evaluación médica.

Tipos

Existen principalmente dos tipos de ACV:

ACV Isquémico: Es el tipo más común de ACV y representa aproximadamente el 80-85% de los casos. Es causado por un bloqueo en una arteria que irriga el cerebro, generalmente debido a un coágulo de sangre.

ACV Hemorrágico: Ocurre cuando un vaso sanguíneo en el cerebro se rompe y sangra. Este sangrado puede dañar directamente las células cerebrales o aumentar la presión dentro del cráneo, lo que puede causar daño cerebral adicional. Los ACV hemorrágicos pueden ser causados por aneurismas rotos, hipertensión arterial no controlada o malformaciones arteriovenosas.

Diagnóstico

El diagnóstico rápido y preciso de un ACV es crucial para iniciar el tratamiento adecuado. El proceso de diagnóstico generalmente incluye:

Examen neurológico: Evalúa la función cerebral, la fuerza muscular, la coordinación, los reflejos, el habla y la visión.

Estudios de imagen: La tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) del cerebro son esenciales para determinar si el ACV es isquémico o hemorrágico y para identificar la ubicación y el tamaño del área afectada.

Análisis de sangre: Pueden ayudar a descartar otras causas de los síntomas y evaluar factores de riesgo como la coagulación sanguínea.

Electrocardiograma (ECG): Se utiliza para evaluar la actividad eléctrica del corazón y detectar posibles arritmias que puedan haber contribuido a la formación de coágulos.

Tratamiento

ACV Isquémico: El tratamiento principal para el ACV isquémico es restablecer el flujo sanguíneo al cerebro lo más rápido posible. Esto se puede lograr mediante:

Trombolíticos: Medicamentos que disuelven los coágulos de sangre. El trombolítico más común es el activador tisular del plasminógeno (tPA). Sin embargo, el tPA solo es efectivo si se administra dentro de las primeras 4.5 horas después del inicio de los síntomas.

Trombectomía mecánica: Un procedimiento en el que se extrae físicamente el coágulo de sangre de la arteria bloqueada utilizando un catéter. Este procedimiento puede ser efectivo hasta 24 horas después del inicio de los síntomas en algunos casos.

ACV Hemorrágico: El tratamiento para el ACV hemorrágico se centra en controlar el sangrado y reducir la presión dentro del cráneo. Esto puede incluir:

Medicamentos para reducir la presión arterial.

Medicamentos para contrarrestar los efectos de los anticoagulantes.

Cirugía: En algunos casos, puede ser necesario realizar una cirugía para extraer la sangre acumulada o reparar el vaso sanguíneo roto.

Después del tratamiento agudo, la rehabilitación es esencial para ayudar a los pacientes a recuperar la función perdida y mejorar su calidad de vida.

Prevención

La prevención del ACV se centra en controlar los factores de riesgo modificables:

Control de la presión arterial

Control del colesterol

Dejar de fumar

Control de la diabetes

Mantener un peso saludable

Dieta saludable

Ejercicio regular

Tratamiento de la fibrilación auricular

Factores de Riesgo

Edad:El riesgo de ACV aumenta con la edad.

Antecedentes familiares: Si tiene antecedentes familiares de ACV, su riesgo es mayor.

Raza: Los afroamericanos tienen un mayor riesgo de ACV que las personas de otras razas.

Sexo: Los hombres tienen un mayor riesgo de ACV que las mujeres, aunque las mujeres tienen más probabilidades de morir a causa de un ACV.

Antecedentes de ACV o AIT: Haber tenido un ACV o un AIT previo aumenta el riesgo de sufrir otro.

Complicaciones

Debilidad o parálisis: Puede afectar un lado del cuerpo, una extremidad o incluso todo el cuerpo.

Dificultad para hablar o entender el habla (afasia).

Problemas de visión.

Dificultad para tragar (disfagia).

Problemas de memoria o pensamiento.

Depresión o ansiedad.

Dolor.

Incontinencia urinaria o fecal.

Pronóstico

El pronóstico de un ACV varía dependiendo de varios factores, incluyendo la gravedad del ACV, la rapidez con la que se recibió el tratamiento y la salud general del paciente. Algunas personas se recuperan por completo después de un ACV, mientras que otras pueden experimentar discapacidades permanentes. La rehabilitación puede ayudar a los pacientes a mejorar su función y calidad de vida después de un ACV.

 

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