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¿Qué es el bocio simple?

abril 2, 2022by Busta Soft0

¿Qué es el bocio simple?

Es un agrandamiento anormal de la glándula tiroides. El bocio simple no es doloroso, pero dependiendo de su tamaño puede provocar tos y dificultad al tragar y respirar.

¿Cuáles son los síntomas del bocio?

Muchas veces el único síntoma que produce el bocio es la aparición de un bulto en la región anterior del cuello.

La tendencia natural es hacia el crecimiento lento. Cuando el crecimiento es importante, puede dar lugar a síntomas compresivos por desplazamiento y presión sobre estructuras vecinas, como la tráquea, el esófago o el nervio recurrente, lo que producirá dificultad respiratoria, para la deglución o afonía, respectivamente.

Aparte de los síntomas compresivos, las manifestaciones que puede originar tienen relación con las posibles alteraciones acompañantes de la función tiroidea, como es el hipertiroidismo (nerviosismo, palpitaciones, cansancio, pérdida de peso, entre otras) o el hipotiroidismo (intolerancia al frío cansancio, somnolencia, sequedad de piel…).

Los síntomas más habituales son:

Bulto en región anterior de cuello.

Dificultad para la deglución.

Dificultad respiratoria.

Afonía.

¿Cuál es la causa de los nódulos tiroideos?

La causa más frecuente de los nódulos tiroideos en los niños son los “pseudonódulos” o “falsos nódulos”. Ocurren cuando una inflamación de la glándula tiroidea (debida a una infección, una tiroiditis de Hashimoto o una enfermedad de Graves) hace que la tiroides se inflame o se hinche en una parte. Esta inflamación puede parecer un nódulo, pero, en realidad, no hay ningún nódulo.

El siguiente tipo más frecuente de nódulo tiroideo es un quiste, que suele ocurrir cuando bolsas de líquido normales en la tiroides aumentan de tamaño. Este tipo de nódulos siempre son benignos (no cancerosos), pero pueden seguir creciendo a lo largo del tiempo.

Los nódulos tiroideos que se deben a crecimientos tumorales son frecuentes en los adultos, pero mucho menos frecuentes en los niños. La mayoría de los nódulos tiroideos son benignos y los médicos no siempre saben por qué ocurren.

Los niños y los adolescentes con tiroiditis de Hashimoto corren un mayor riesgo de desarrollar nódulos tiroideos. Al igual que el bocio, una falta de yodo puede causar nódulos en la glándula tiroidea.

Diagnóstico:

En ocasiones el diagnóstico de bocio se establece únicamente con la inspección o la palpación del cuello. En otras situaciones se precisa realizar una ecografía. La ecografía también sirve para saber si el bocio es difuso o nodular y, en este último caso, si existe algún nódulo tiroideo grande sugestivo de malignidad que deba ser estudiado mediante una PAAF.

Además del diagnóstico de bocio se precisa saber cómo funciona el tiroides. Para ello se debe solicitar un análisis de sangre que determine las hormonas tiroideas (TSH, T3 y T4).

También se debe valorar si existen anticuerpos frente al tiroides, es decir defensas que se hayan equivocado y estén atacando al tiroides propio, una de las causas más frecuentes de afectación de tiroides en las mujeres.

¿Cómo se trata el bocio?

Tras un estudio adecuado (habitualmente consistente en un análisis de la función tiroidea, ecografía y, en ocasiones, una punción del nódulo o una gammagrafía), en algunos casos solo será necesario controlarlo de manera periódica. En cambio, en otros casos, el tratamiento dependerá de la causa y tamaño del bocio:

Si la causa es la carencia de yodo, deben administrarse dosis pequeñas de solución de yodo de Lugol o de yoduro de potasio. Dado que el déficit de yodo es una causa frecuente del bocio endémico, es importante prevenir esta enfermedad incluyendo sal yodada en nuestra dieta, aunque siempre debe tomarse con moderación. Consulta con tu médico el aporte más adecuado según tu lugar de residencia.

Si existe hipotiroidismo, se debe administrar tiroxina.

Si existe hipertiroidismo, se puede recurrir a medicamentos antitiroideos, al yodo radiactivo para reducir el tamaño de la tiroides o, en casos poco frecuentes, a la cirugía (tiroidectomía), para extirpar la glándula entera o una parte de ella.

Factores de riesgo

El bocio simple puede aparecer en cualquier momento a lo largo de la vida, pero existen algunos factores de riesgo que inciden en su aparición.

Algunos de estos son:

Edad. Suele afectar pasados los 40 años.

Sexo. Las mujeres son el grupo más vulnerable.

Antecedentes familiares.

Los problemas asociados a la tiroides son más frecuentes durante el embarazo y la menopausia.

Exposición a la radiación.

Ingesta de determinados medicamentos.

Complicaciones

Un bocio en sí no suele causar complicaciones. La apariencia puede ser molesta o vergonzosa para algunas personas. Un bocio más grande puede obstruir las vías respiratorias y la laringe.

Los cambios en la producción de hormonas de la tiroides que pueden estar asociados a los bocios pueden causar complicaciones en múltiples sistemas del cuerpo.

 

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