Infección de heridas
Una herida es una lesión que se produce en el cuerpo. Puede ser producida por múltiples razones, aunque generalmente es debido a golpes o desgarros en la piel. Dependiendo de su gravedad, es necesaria asistencia enfermera.
Síntomas de una herida infectada
Las heridas más profundas son mucho más propensas a infectarse que las superficiales como rascadas. Las garras o los dientes penetrantes de los gatos representan un riesgo importante de infección. Los síntomas más característicos de una herida infectada son:
Cambios notables en el crecimiento de la herida: mira la herida para comprobar si se producen cambios notables en la zona. Si la herida ha crecido en tamaño, podría significar que se está extendiendo a los tejidos cercanos.
Enrojecimiento: si la zona aparece más roja también podría ser signo de infección y puede ser que se esté propagando.
Hinchazón: es normal que la herida se hinche un poco si te la acabas de hacer, pero disminuye con el tiempo. Sin embargo, una herida infectada tiende a hacer lo contrario y, a menudo, se hincha cada vez más.
Calor o sensibilidad alrededor de la herida: el dolor o la sensibilidad debe disminuir a medida que la herida cicatriza. Si esto no es así y observas un poco de calor o sensibilidad, significa que está infectada.
Pus: la presencia de pus o de secreción excesiva procedente de la herida también es síntoma de infección.
Fiebre: las infecciones también pueden causar fiebre, sobre todo cuando se propagan a la sangre.
Pruebas relacionadas
El diagnóstico de muchas heridas e infecciones superficiales de la piel se basa en la observación, el examen físico, los signos y síntomas y en la experiencia del médico. Además de la sintomatología general, muchas infecciones de la piel presentan signos característicos tales como la aparición de una verruga plantar o una localización típica en el organismo, como el pie de atleta que se suele desarrollar entre los dedos de los pies. Sin embargo, la evaluación clínica no da información precisa del microorganismo que está causando la infección o de la mejor opción terapéutica. Para ello se requieren algunas pruebas de laboratorio.
Otras pruebas que pueden solicitarse:
KOH – prueba rápida para detectar hongos en una muestra. La muestra se trata con una solución especial, se coloca sobre un portaobjetos y se examina al microscopio
Cultivo de hongos – se solicita cuando se sospecha infección fúngica. Muchos hongos son de crecimiento lento y los resultados pueden tardar semanas
Cultivo de micobacterias – se solicita cuando se sospecha infección por micobacterias. Son microorganismos de crecimiento lento y pueden tardar semanas en ser identificados
Hemocultivo – se solicita cuando se sospecha que la infección de la herida se ha extendido a la sangre (septicemia)
Pruebas moleculares para la detección de material genético de un microorganismo concreto
Otras pruebas de laboratorio – para detectar causas subyacentes que pueden afectar al proceso de curación de la herida, por ejemplo, la glucosa para detectar una posible diabetes
Tratamiento
Los antibióticos se utilizan para tratar la mayoría de las infecciones de heridas. En ocasiones también puede necesitar cirugía para tratar la infección.
Antibióticos
Pueden suministrarle antibióticos para tratar la infección en la herida quirúrgica. La duración del tiempo por el que necesitará tomar los antibióticos varía, pero será como mínimo de 1 semana. Pueden suministrarle antibióticos por vía intravenosa y luego cambiar a pastillas. Tome todos sus antibióticos, incluso si se siente mejor.
Si hay supuración en la herida se puede examinar para averiguar cuál es el mejor antibiótico. Algunas heridas se infectan con Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM), que es resistente a antibióticos de uso común. Una infección con SARM requerirá un antibiótico específico para tratarla.
Tratamiento quirúrgico invasivo
En ocasiones, su cirujano necesita hacer un procedimiento para limpiar la herida. Pueden llevar el procedimiento a cabo en el quirófano o en su cuarto de hospital o en una clínica. Ellos:
Abrirán la herida retirando las grapas o los puntos de sutura
Harán exámenes a la pus y al tejido en la herida para averiguar si hay una infección y qué tipo de antibiótico funcionaría mejor
Limpiarán la herida removiendo el tejido muerto o infectado dentro de esta
Enjuagarán la herida con agua con sal (solución salina)
Limpiarán el saco de pus (absceso), en caso de que haya uno
Rellenarán la herida con tiras de apósito remojado en solución salina y un vendaje
Cuidado de la herida
Puede ser necesario limpiar y cambiar el apósito de su herida quirúrgica regularmente. Usted puede aprender a hacerlo por sí mismo o el personal de enfermería puede hacerlo por usted.
¿Cómo puedo ayudar a que mi herida sane?
Siga las instrucciones de su médico sobre el cuidado de sus heridas. Mantenga la herida limpia y seca. Es posible que usted necesite cubrir su herida cuando se bañe para que no se moje. Limpie la herida como se le haya indicado con agua y jabón o un limpiador para heridas. Aplique vendas nuevas y limpias según indicado. Cambie sus vendajes cuando se mojen o ensucien.
Consuma alimentos saludables y variados. Los ejemplos incluyen a las frutas, verduras, panes de grano entero, productos lácteos bajos en grasa, frijoles, carnes magras y pescado. Los alimentos saludables podrían ayudar a que sane más rápido. Es posible que usted también necesite tomar vitaminas y minerales. Pregunte si necesita seguir una dieta especial.
Controle otras afecciones de salud. Siga las indicaciones de su médico sobre el manejo de las condiciones de salud que pueden causar una sanación lenta de las heridas. Por ejemplo, la presión arterial alta y la diabetes.
No fume. La nicotina y otras sustancias químicas que contienen los cigarrillos y cigarros pueden retrasar la sanación de las heridas. Pida información a su médico si usted actualmente fuma y necesita ayuda para dejar de fumar. Los cigarrillos electrónicos o el tabaco sin humo igualmente contienen nicotina. Consulte con su médico antes de utilizar estos productos.
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